Si tu corazón es un volcán, ¿cómo pretendes que broten las flores?
Y qué bueno hubiera sido encontrarnos algún día para entregarnos cuentas de lo andado, para mirarnos a los ojos por lo menos una vez más en la vida, y arrancarnos - ¿quién sabe?- las flores que entretanto nos hubieran crecido para el otro en el propio corazón.
Llaman y llaman las flores al sol, juegan y juegan todos los días al amor, si no me llamas como hace la flor, te iré olvidando todos los días un poco.
(...) Y sin embargo, el aire está cargado de flores que no son; sin embargo, ya han abierto en un cielo radiante.
El sentimiento es una flor delicada, manosearla es marchitarla.
Yo quisiera correr entre las sombras, y llevando en las manos apretadas el deseo de un año en cada dedo. Cual si llevara ofrendas, de flores y de espigas, hasta ti.
Ante la enredadera en flor Comimos nosotros Que somos simples hombres.