Encuentro
Nace el tiempo de la cita
deslizando agosto sus alas
y como sonámbulos despiertos
elevando perfumada sábana
- cómplices promesas -
perseguimos un sueño que late
mitad noche, mitad alba.
Los ojos se engalanan de lenguaje
y las manos - sílabas perfumadas -
vagan enfurecidas, insomnes
sembrando estremecidos surcos en mi espalda.
El beso se fragmenta en mil besos
y se desvisten precipitadamente
latidos equilibristas
bajando la cremallera del derroche
en un vaivén de delirios.
Acunando oleajes
nuestras manos entrelazadas respiran,
y emerge infinito
cierto
rojo
un cielo de almohada.
Aida
Nace el tiempo de la cita
deslizando agosto sus alas
y como sonámbulos despiertos
elevando perfumada sábana
- cómplices promesas -
perseguimos un sueño que late
mitad noche, mitad alba.
Los ojos se engalanan de lenguaje
y las manos - sílabas perfumadas -
vagan enfurecidas, insomnes
sembrando estremecidos surcos en mi espalda.
El beso se fragmenta en mil besos
y se desvisten precipitadamente
latidos equilibristas
bajando la cremallera del derroche
en un vaivén de delirios.
Acunando oleajes
nuestras manos entrelazadas respiran,
y emerge infinito
cierto
rojo
un cielo de almohada.
Aida