El amor es como las flores, nace, crece, y se muere.
Un requiem nostálgico en la tumba marchita, por culpa de un soberbio legado de flores.
Ve por tu propio camino... Pero no te olvides de podarlo y cuidar de cada una de las flores que hacen posible que este mantenga su resplandor habitual.
El viejo árbol aprovecha el repugnante estiércol para alzarse y dar bellas flores y sabrosos frutos.
Sonríe... da salud y ánimo a tu corazón.