Podrán cortar la
flores, pero nunca detendrán a la
primavera.
Podrán matar a las mejores
flores del
jardín, pero no acabar con la
primavera.
El amor es como las
flores, nace, crece, y se muere.
Un requiem nostálgico en la tumba marchita, por culpa de un soberbio legado de
flores.
No nacen
flores de las
piedras, ni de un mal proceder resulta un buen sentir.
Ve por tu propio
camino... Pero no te olvides de podarlo y cuidar de cada una de las
flores que hacen posible que este mantenga su resplandor habitual.