Adiós peseta querida
Adiós, peseta querida.
Tanto tiempo estuve detrás de ti,
y ahora que te conocía
ya te vas lejos de aquí.
Se te llamaba la rubia
con cariño y con salero,
y ahora te echaré en falta
al mirar mi monedero.
Ay, peseta, pesetita,
cuanto te encontrare a faltar,
pues yo ya soy muy viejecita
y en euros no sé contar.
Esa moneda malage
y sus céntimos tan sucios,
destiñen hasta el plumaje
de las manos que sujetan
el jabón de los anuncios.
Ay, peseta, pesetita,
sea de metal o papel:
te recuerdo con agrado
como aquel rico pastel
que con pesetas compramos;
aquel bonito mantel
adornado de rosas rojas
que costó tantas pesetas
como aquel árbol sus hojas
que fueron tan apreciadas
que se convirtieron en mariposas
como las tantas pesetas
que en mi caja hoy reposan.
Juan Luna LLAC
Adiós, peseta querida.
Tanto tiempo estuve detrás de ti,
y ahora que te conocía
ya te vas lejos de aquí.
Se te llamaba la rubia
con cariño y con salero,
y ahora te echaré en falta
al mirar mi monedero.
Ay, peseta, pesetita,
cuanto te encontrare a faltar,
pues yo ya soy muy viejecita
y en euros no sé contar.
Esa moneda malage
y sus céntimos tan sucios,
destiñen hasta el plumaje
de las manos que sujetan
el jabón de los anuncios.
Ay, peseta, pesetita,
sea de metal o papel:
te recuerdo con agrado
como aquel rico pastel
que con pesetas compramos;
aquel bonito mantel
adornado de rosas rojas
que costó tantas pesetas
como aquel árbol sus hojas
que fueron tan apreciadas
que se convirtieron en mariposas
como las tantas pesetas
que en mi caja hoy reposan.
Juan Luna LLAC