era una sacerdotisa de Afrodita, que vivía retirada en una torre en Sestos, cerca del mar, en el extremo del Helesponto.
Leandro, un joven de Abidos en el otro lado del estrecho, deslumbrado por la hermosura de Hero, se enamoró de ella y cada noche cruzaba el Helesponto a nado para estar a su lado.
Leandro: "Sol divino,
si no me infundes valor,
agora es el fenecer;
porque un súbito placer
tiene efectos de dolor.
Hazme un Argos, cielo; empieza
a mitigar tus enojos,
porque no bastan los ojos
para ver tanta belleza.
Fama, presta con favor
tus lenguas a mi fortuna,
porque no ha de bastar una
para explicar tanto amor."
Leandro, un joven de Abidos en el otro lado del estrecho, deslumbrado por la hermosura de Hero, se enamoró de ella y cada noche cruzaba el Helesponto a nado para estar a su lado.
Leandro: "Sol divino,
si no me infundes valor,
agora es el fenecer;
porque un súbito placer
tiene efectos de dolor.
Hazme un Argos, cielo; empieza
a mitigar tus enojos,
porque no bastan los ojos
para ver tanta belleza.
Fama, presta con favor
tus lenguas a mi fortuna,
porque no ha de bastar una
para explicar tanto amor."
Mensaje
Me gusta
No