PENUMBRA
Desde la penumbra de mi mente,
se abren paso los fantasmas
de los lejanos días de mi infancia,
y de dolorosos recuerdos adolescentes.
Cuando aún soñaba, que la vida sería buena,
y que nadie arrojaría puñales a mi paso,
es que no me habían explicado al nacer,
los claroscuros que debía atravesar,
para llegar a la ruta final de mi destino.
Atravesé penumbras donde los pantanos,
me salpicaban con sus miasmas malolientes,
nutridas de lenguas viperinas y malvadas,
que socavaban la firmeza de mis sueños.
Penumbras de grises insondables, dolorosas,
que la luz del sol dificilmente penetraba,
para que mi alma se abriera camino,
con los brazos en alto suplicando por mi vida.
Penumbra de dolor que te llevaste,
la vida de mi padre tan amado y me dejaste,
teñido en su sangre ese vestidito blanco,
de mis cuatro años, de espanto sorprendidos,
viendo como la penumbra del dolor me descubría
e impregnaba de pegajosa soledad mi infancia.
Cuantos años de lucha me costaron,
esas penumbras que quisieron derrotarme,
pero al fin supe entender, que es vida,
la lucha permanente del vivir.
Elena Lerate
Desde la penumbra de mi mente,
se abren paso los fantasmas
de los lejanos días de mi infancia,
y de dolorosos recuerdos adolescentes.
Cuando aún soñaba, que la vida sería buena,
y que nadie arrojaría puñales a mi paso,
es que no me habían explicado al nacer,
los claroscuros que debía atravesar,
para llegar a la ruta final de mi destino.
Atravesé penumbras donde los pantanos,
me salpicaban con sus miasmas malolientes,
nutridas de lenguas viperinas y malvadas,
que socavaban la firmeza de mis sueños.
Penumbras de grises insondables, dolorosas,
que la luz del sol dificilmente penetraba,
para que mi alma se abriera camino,
con los brazos en alto suplicando por mi vida.
Penumbra de dolor que te llevaste,
la vida de mi padre tan amado y me dejaste,
teñido en su sangre ese vestidito blanco,
de mis cuatro años, de espanto sorprendidos,
viendo como la penumbra del dolor me descubría
e impregnaba de pegajosa soledad mi infancia.
Cuantos años de lucha me costaron,
esas penumbras que quisieron derrotarme,
pero al fin supe entender, que es vida,
la lucha permanente del vivir.
Elena Lerate