Tienes en tu mano la posibilidad de la gloria,
tú puedes cambiar el rostro de tus horas:
arrancar los dolores, y hacer satisfactoria
la realidad lacerante: hazla encantadora.
tú puedes cambiar el rostro de tus horas:
arrancar los dolores, y hacer satisfactoria
la realidad lacerante: hazla encantadora.