EL JUICIO DE PARIS
ALEJANDRO.-
El príncipe Paris, hijo de los reyes de Troya, Príamo y Hécuba, vivía como un pobre pastor en las montañas cercanas a la ciudad de Troya.
Cuando la reina Hécuba estaba embarazada de Paris, soñó que daba a luz a una antorcha que incendiaba Troya. Los oráculos (adivinos) vaticinaron que el niño que llevaba en sus entrañas causaría la destrucción de Troya. Por eso cuando Paris nació fue abandonado en el monte Ida, cerca de Troya, para que muriera. El recién nacido fue encontrado por unos pastores que lo llamaron Alejandro, que significa «el hombre protegido» y lo educaron como si fuera su hijo. Paris desde pequeño estuvo dotado de una gran belleza y un gran talento para tocar la lira.
ALEJANDRO.-
El príncipe Paris, hijo de los reyes de Troya, Príamo y Hécuba, vivía como un pobre pastor en las montañas cercanas a la ciudad de Troya.
Cuando la reina Hécuba estaba embarazada de Paris, soñó que daba a luz a una antorcha que incendiaba Troya. Los oráculos (adivinos) vaticinaron que el niño que llevaba en sus entrañas causaría la destrucción de Troya. Por eso cuando Paris nació fue abandonado en el monte Ida, cerca de Troya, para que muriera. El recién nacido fue encontrado por unos pastores que lo llamaron Alejandro, que significa «el hombre protegido» y lo educaron como si fuera su hijo. Paris desde pequeño estuvo dotado de una gran belleza y un gran talento para tocar la lira.