Ofertas de luz y gas

LA NUEZ DE ARRIBA: Era tan alto, tan alto, que cuando miraba hacia abajo...

Era tan alto, tan alto, que cuando miraba hacia abajo le daba vértigo.

Era tan alto, tan alto, que por las noches se ponía una luz roja para que los aviones no chocaran con él.

Era tan avaro, tan avaro, que no pelaba patatas, las lijaba.

Era tan avaro, tan avaro, que no prestaba ni la menor atención.

Era tan avaro, tan avaro, que no se ponía al sol para no dar sombra.

Era tan baja, tan baja, que se ponía enferma para que el médico le diera de «alta».

Era tan bajo, tan bajo, que para atravesar la alfombra tenía que llevar brújula.

Era tan bajo, tan bajo, que la cabeza le olía a pies.

Era tan bajo, tan bajo, que no tenía «sien» sino cincuenta.