La Noticia de la Lombriz
Hay alegrías de muchos tipos en la Huerta. ¿Quién puede decir que una alegría es más grande que otra? Yo no, desde luego.
Existen alegrías cachondas como las que producen, a veces, las Avispas y otras calamidades de la Huerta. Pero, un día la Lombriz amaneció convocando a todos para una noticia que la iba a hacer ¡tan feliz! Todos acudimos en masa. Se la veía radiante, llevaba puestos todos sus anillos, y hasta su diente de oro.
Abrió su boquita para decir algo... pero más pronto la cerraba - toda sonrojada -, sin poder decir aquello para lo que nos había convocado. Todos nos estábamos impacientando entre tantos abrideros de boca, propios y extraños.
Al fin, la Lombriz se acercó al abuelo Olmo, y entre medias risas y medios llantos, le confió la noticia a éste: "La Lombriz iba a tener Lombricitas".
© Antonio Ramón Jiménez Guillén
Hay alegrías de muchos tipos en la Huerta. ¿Quién puede decir que una alegría es más grande que otra? Yo no, desde luego.
Existen alegrías cachondas como las que producen, a veces, las Avispas y otras calamidades de la Huerta. Pero, un día la Lombriz amaneció convocando a todos para una noticia que la iba a hacer ¡tan feliz! Todos acudimos en masa. Se la veía radiante, llevaba puestos todos sus anillos, y hasta su diente de oro.
Abrió su boquita para decir algo... pero más pronto la cerraba - toda sonrojada -, sin poder decir aquello para lo que nos había convocado. Todos nos estábamos impacientando entre tantos abrideros de boca, propios y extraños.
Al fin, la Lombriz se acercó al abuelo Olmo, y entre medias risas y medios llantos, le confió la noticia a éste: "La Lombriz iba a tener Lombricitas".
© Antonio Ramón Jiménez Guillén