I
¡Oh sirviente! ¿Dónde me buscas?
¡Si estoy junto a ti!
No me hallarás ni en la mezquita ni en el templo;
ni en la Kaaba ni en Kailasa;
tampoco en el rito ni en la ceremonia;
ni en el Yoga ni la renunciación.
Si, en verdad, me buscas, me verás en seguida,
en seguida, sin que tiempo alguno transcurra.
Dice Kabir: “Oh Sadhu. Dios es el aliento de todo cuanto respira.”
¡Oh sirviente! ¿Dónde me buscas?
¡Si estoy junto a ti!
No me hallarás ni en la mezquita ni en el templo;
ni en la Kaaba ni en Kailasa;
tampoco en el rito ni en la ceremonia;
ni en el Yoga ni la renunciación.
Si, en verdad, me buscas, me verás en seguida,
en seguida, sin que tiempo alguno transcurra.
Dice Kabir: “Oh Sadhu. Dios es el aliento de todo cuanto respira.”