Las abejas y el oso
Cierto día de verano, un oso salió en busca de miel puesto que tenía mucha hambre. Se encontró con un enjambre y dijo:
- ¡Hola! ¿Me dais un poco de esa rica miel?
- ¡Nooo!, es nuestra, que la llevamos trabajando todo el año.
El oso, enfadado, cogió un palo y empezó a darle golpes hasta que el enjambre cayó. Las abejas, rabiosas, salieron y empezaron a picotearle el culo. El oso se puso a correr en busca de un río y al llegar se sumergió dentro del agua. Pensó en cómo podría comer tan rica miel, y así decidió que tenía que hacerse amigo de las abejas. Se dijo que estas eran muy inocentes y seguro que confiarían en él. Y así fue como el oso se hizo con toda la miel.
MORALEJA: No hay que ser tan inocente,
no creer a quien daño puede hacerte.
Cierto día de verano, un oso salió en busca de miel puesto que tenía mucha hambre. Se encontró con un enjambre y dijo:
- ¡Hola! ¿Me dais un poco de esa rica miel?
- ¡Nooo!, es nuestra, que la llevamos trabajando todo el año.
El oso, enfadado, cogió un palo y empezó a darle golpes hasta que el enjambre cayó. Las abejas, rabiosas, salieron y empezaron a picotearle el culo. El oso se puso a correr en busca de un río y al llegar se sumergió dentro del agua. Pensó en cómo podría comer tan rica miel, y así decidió que tenía que hacerse amigo de las abejas. Se dijo que estas eran muy inocentes y seguro que confiarían en él. Y así fue como el oso se hizo con toda la miel.
MORALEJA: No hay que ser tan inocente,
no creer a quien daño puede hacerte.