LA NUEZ DE ARRIBA: COTIDIANAMENTE MUERO...

COTIDIANAMENTE MUERO

Cotidianamente muero, pero mis muertes
son más negras y deleznables.
Yo las aplasto con el rabillo del ojo
las espanto con el grito y la amenaza.
Atado no huyo, aunque ¡cómo, Dios!
quisiera hacerlo.

Lluvia del alma sin el isócrono golpe
de la lágrima azotada contra el huello.
sin vientos huracanados
sin miramientos
Sólo minando y minando
en mi cuerpo.
Y cotidianamente muero.

Reptan en mi hoguera
las serpientes furiosas azolvadas.
Y
yo
cotidianamente muero.

El tiempo me reprime cauteloso,
pero mis muertes escapan hacia la levedad
del delirio incontenible.
Y
entonces
yo
cotidianamente muero.

Y mis muertes son más negras
y deleznables.