DE AQUEL SILENCIO hoy una herida una llaga como un grito denso: denso que reseca mi garganta. Y el arroyo en nuestro valle ya no canta- Y los labios torturados. Y el campo-nuestro campo de amapolas- Y el vacío, tan amargo sin el viento, su un! hola! de esperanza J, M. (LIBERTAD)