Cinco reglas para ser feliz.
La señora Pepita, bien equilibrada y orgullosa de 92 años de edad,
estaba completamente lista como cada mañana a las 8 en punto, con su
cabello bien peinado y un maquillaje perfectamente aplicado pese a
ser casi ciega, dispuesta a mudarse hoy a un asilo de ancianos. El
que había sido su marido durante 70 años había muerto, lo que hacía
necesario el traslado
La señora Pepita, bien equilibrada y orgullosa de 92 años de edad,
estaba completamente lista como cada mañana a las 8 en punto, con su
cabello bien peinado y un maquillaje perfectamente aplicado pese a
ser casi ciega, dispuesta a mudarse hoy a un asilo de ancianos. El
que había sido su marido durante 70 años había muerto, lo que hacía
necesario el traslado
Mensaje
Me gusta
No