Llega el aire
a duras penas
para andar,
llorar y maldecir.
Y otras sombras
caen, como un torrente
opaco y transparente,
sobre el rostro.
a duras penas
para andar,
llorar y maldecir.
Y otras sombras
caen, como un torrente
opaco y transparente,
sobre el rostro.
[Es dura la tarea del doctor.
Cualquier palabra que diga
–«inesperada sorpresa»,
«mantener la calidad de vida»...–
es aséptica, y tan fría
como un témpano de hielo
a la deriva.]
Cualquier palabra que diga
–«inesperada sorpresa»,
«mantener la calidad de vida»...–
es aséptica, y tan fría
como un témpano de hielo
a la deriva.]
La garganta envuelta en nudos
esboza fiera, digna, una sonrisa:
Nuestro deber es triunfar:
¡la cama sigue ocupada!
esboza fiera, digna, una sonrisa:
Nuestro deber es triunfar:
¡la cama sigue ocupada!