¡Con tu queja lastimera
cuánto, cuánto me apiadas!
¡Quién tus prendas adoradas
volver g tu amor pudiera!
Mas, como yo de tu pena,
piedad de mi pena ten,
que la ausencia de mi bien
lloro, cual tú, Filomena.
cuánto, cuánto me apiadas!
¡Quién tus prendas adoradas
volver g tu amor pudiera!
Mas, como yo de tu pena,
piedad de mi pena ten,
que la ausencia de mi bien
lloro, cual tú, Filomena.