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LA NUEZ DE ARRIBA (Burgos)

La entrada al pueblo Nº 1
Foto enviada por Victoria Serna,

Veo árboles verdes y rosas rojas;

Las veo florecer por ti y por mí,

Y pienso para mis adentros:

¡Qué mundo tan maravilloso!

Veo cielos azules y nubes blancas;
... (ver texto completo)
El principal problema de la ingratitud ocurre dentro de nosotros: perdemos la oportunidad de experimentar el cariño de quien nos ha ayudado o apoyado en momentos de aflicción.
La Gratitud.
La gratitud y tú

Ser agradecido es apreciar a cada momento lo que los demás hacen por nosotros y generar con ellos un compromiso de confianza: como estamos conscientes de su ayuda, podremos responder de igual forma cuando ellos requieran la nuestra. Cuando la confianza crece, se convierte en amistad: dos seres humanos comparten emociones, problemas, soluciones y la ayuda fluye siempre en las dos direcciones. El respeto y los sentimientos de cariño mutuos crecen hasta regirse por la fidelidad: ... (ver texto completo)
Por el camino de la gratitud

tu orgullo, piensa en quienes te han dado la mano a lo largo de la vida. Comprende que te ayudaron a ser quien eres.
·La gratitud no es un intercambio de objetos: “tú me diste, yo te di”. Significa, más bien, “tú te esforzarte por mí, yo estoy dispuesto a hacerlo por ti.”
·No sólo hay que dar las gracias a quienes están vivos y cerca de nosotros. Reconoce en tu corazón a quienes te ayudaron aunque no vivan o se encuentren lejos.
. Ve construyendo una cadena de favores: cuando tu recibas uno, haz otro, y pide a esa persona que siga extendiendo la red de ayuda y gratitud.
·No agradezcas sólo los bienes materiales. La ayuda que va más allá de los objetos es tal vez la más valiosa.
Para la vida diaria

·Aprende a usar la fórmula que no falla. “Por favor” indica que pedimos algo especial. “Gracias” indica que reconocemos la ayuda.
·Piensa y reconoce todo aquello que recibes de los demás. Exprésalo a tu estilo: con palabras, con un abrazo, con un carta.
Aprende a dar las gracias

Ya hemos visto qué es la responsabilidad: aplicarnos con dedicación a lo que nos corresponde; por ejemplo, que el señor barrendero limpie la calle sin dejar un solo papel. Ya vimos también qué es la generosidad: cuando damos más allá de lo que nos corresponde. Por ejemplo, el maestro que se preocupa por explicarnos de nuevo lo que todos ya entendieron.

La alegría que esos favores despiertan en nuestro corazón se llama gratitud. Se manifiesta hacia afuera cuando decimos ... (ver texto completo)
Viviendo el valor

El valor de la gratitud se ejerce cuando una persona experimenta aprecio y reconocimiento por otra que le prestó ayuda. No consiste, necesariamente, en “pagar” ese favor con otro igual, sino en mostrar afecto y guardar en la memoria ese acto de generosidad. Más que centrarse en la utilidad práctica del servicio recibido, pondera la actitud amable de quien lo hizo.
Cuando el contar tus bendiciones se vuelve un hábito diario la gratitud te permitirá una experiencia más enriquecedora de la existencia.
Piensa y reflexiona continuamente en aquello bueno que te ha pasado. Observa lo agradable que se desarrolla y toma forma en tu vida porque aun en medio de las tragedias que todos en algún momento enfrentamos siempre hay un hilo de luz, algo o alguien por quien sonreír.
Detente, acércate y percibe el perfume de las rosas. Tú no puedes estar agradecido por algo que no notas o que no disfrutas. Necesitas inclinarte y apreciar a los seres y a las cosas que te acompañan, que te rodean. No es necesario ignorar la fealdad en el mundo pero es imprescindible concentrarse en lo bueno, en lo positivo, en los seres queridos, en los amigos, en tú mismo, en lo que posees -aunque sea poco-. Dar gracias es inherente a la verdadera apreciación.
Cuán distinto sería el pensar mío
de la verdad del mundo entera y vana,
si en primavera o en invierno frío
fuese a nacer, o en la otoñal mañana,
o en la estación del caluroso estío,
si la vida durase una semana.
Entre agrado y dolor siempre caminas:
muere la flor y están los pinchos tiernos,
que en placer corto siempre hemos de vernos
y más gustar las lágrimas salinas.
Cuán distinto sería el pensar mío
de la verdad del mundo entera y vana,
si en primavera o en invierno frío
Rosa no hay que no adelante espinas,
ni ciervo manso amenazantes cuernos
como el oscuro ser de los infiernos;
mas ser ambos perversos no imaginas.
Entre agrado y dolor siempre caminas:
muere la flor y están los pinchos tiernos,
que en placer corto siempre hemos de vernos
y más gustar las lágrimas salinas.
Rosa no hay que no adelante espinas,
ni ciervo manso amenazantes cuernos
como el oscuro ser de los infiernos;
mas ser ambos perversos no imaginas.