LA NUEZ DE ARRIBA (Burgos)

A una boca una sopa. Enseña la distribución que se debe hacer de los bienes, para que alcancen a muchos y no se los coma uno sólo.

Bonitas flores del recuerdo

El que quiera vivir tranquilo sus días, que no se fije en los que son más felices que él, sino en los que son más miserables. (Lorenzo Pignotti)

Hay un límite más allá del cual la tolerancia deja de ser virtud. (Edmund Burke)

El que quiera vivir tranquilo sus días, que no se fije en los que son más felices que él, sino en los que son más miserables. (Lorenzo Pignotti)

No te digo mi vida, te digo mi amor, por que mi vida se termina, y mi amor por vos no

Tal vez para el mundo sólo seas "alguien", pero para mí, eres el mundo

Conduce mi vida hacia ti, hacia el amor, hacia esas caricias que saben a placer.... lleva mi vida a tu amor, a tu pasión, a tu vivir.... yo te daré amor y felicidad

En presente yo te quiero, en futuro yo te prometo amores, en presente yo te adoro, en futuro te pertenezco, en presente te amo, en futuro: te amo, te amo y te amaré siempre.
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Vuelve tu mirada y déjame saber que existo, dame una oportunidad de servirte por amor, no te defraudaré porque no saber amarte es no ser feliz.

En presente yo te quiero, en futuro yo te prometo amores, en presente yo te adoro, en futuro te pertenezco, en presente te amo, en futuro: te amo, te amo y te amaré siempre.
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El amor no mira con los ojos, sino con el espíritu.

Creer inteligente al que sabe muchas cosas de memoria es como considerar sabio al que tiene en su casa una gran biblioteca. (Carlo Dossi)

El que no sabe nada no duda de nada. (George Herbert)

nunca...
Si nunca rompes un racimo de uva en el lagar, nunca tendrás un vaso de vino sobre tu mesa

El amor no mira con los ojos, sino con el espíritu.

No hay nada más santo en esta vida que la primera revelación del amor, el palpitar primero de sus alas de seda...

El conejito contestó:
- No; no he visto a tus padres, conejito, pero puedes preguntar a la señora águila, que todo lo ve desde el cielo.
María y el pequeño potrillo dieron las gracias a conejito y siguieron su camino. Caminaron, caminaron hasta que, por fin, llegaron al reino de doña águila y, una vez cerca de ella, le preguntaron:
- Señora águila, ¿ha visto a los padres de pequeño potrillo?
La señora águila, que en ese momento volaba majestuosamente, dejándose llevar, en círculos, por la suave ... (ver texto completo)

Mis padres son un hermoso caballo negro y una preciosa yegua blanca – respondió el pequeño potrillo.
- En ese caso – dijo la señora águila – sí he visto a tus padres. Está en la cima de aquella montaña verde.

María y Potrillo corrieron hacia la montaña que les había indicado la señora águila y, después de una agotadora carrera, llegaron donde estaban los padres de este. Potrillo les abrazó y les besó, mientras estos, muy preocupados, le preguntaban que donde se había metido.
Pequeño potrillo ... (ver texto completo)