Pero hubo un problema...
Cuando se recogieron los granos todos estaban vacíos. El granjero se sorprendió y le preguntó a Dios: " ¿Qué pasó?, ¿qué error hubo?.
Ante tal inquietud Dios le respondió: "Como no hubo desafío, no hubo conflicto, ni fricción, como tu evitaste todo lo que era malo, el trigo se volvió impotente.
Un poco de lucha es imprescindible. Las
tormentas, los truenos, los relámpagos, son necesarios, porque sacuden el alma dentro del trigo".
La
noche es tan necesaria como el día y los días de tristeza son tan esenciales como los días de
felicidad. A esto se le llama lucha y esfuerzo.
Entendiendo este secreto descubrirás cuan grande es la belleza de la vida, cuánta riqueza llueve sobre ti en todo momento, dejando de sentirte miserable porque las cosas no van de acuerdo con tus deseos.