Compramos energía a futuro

LA NUEZ DE ARRIBA (Burgos)

Casa,,1
Foto enviada por Victoria Serna,

Tuya esta escalera
por la cual, sin término,
subirás mi nombre,
bajaré mis versos.
Tuyo este hogar hondo
que reclama el leño
para alzarte en humo,
para amarte en fuego
Merece ser condenado
por grosero el amador
que quiere cerrar a Amor
en término limitado;
y pues para su poder
mil ejemplos hacen ver
que es corto y estrecho el mundo,
yo, que en su valor me fundo,
quiero lo que no ha de ser.
... (ver texto completo)
Encierra un nuevo esperar
en sí la desconfianza,
y así no falta esperanza
cuando más viene a faltar;
y pues podella tener
disminuye el merecer
y la fe pierde su grado,
satisfecho de mi estado,
quiero lo que no ha de ser.
Glosas deste verso: "Quiero lo que no ha de ser"

1

Si medir yo mi deseo
con lo posible pudiera,
tan libre ahora me viera
cuan sin libertad me veo;
pero pasó mi querer
sin podelle detener, ... (ver texto completo)
Merece ser condenado
por grosero el amador
que quiere cerrar a Amor
en término limitado;
y pues para su poder
mil ejemplos hacen ver
que es corto y estrecho el mundo,
yo, que en su valor me fundo,
quiero lo que no ha de ser.

Claro está que perdería
gran parte de su valor,
si se sujetase Amor
sólo a lo que ser podría.
Y no alcanzando a saber
a dónde llega un querer,
ni fuera vida el vivir
ni pudiera yo decir
quiero lo que no ha de ser. ... (ver texto completo)
Glosas deste verso: "Quiero lo que no ha de ser"

1

Si medir yo mi deseo
con lo posible pudiera,
tan libre ahora me viera
cuan sin libertad me veo;
pero pasó mi querer
sin podelle detener,
tanto de lo que se espera
que, dejando lo que fuera,
quiero lo que no ha de ser.

El bien que basta querelle
para poder alcanzalle,
el que para en desealle
aún no llega a merecelle.
Así me lo dio a entender
Amor, que pudo hacer
poco todo lo posible,
por donde con fe inamovible
quiero lo que no ha de ser. ... (ver texto completo)
Cuando ya la luz del día
permitió ver los objetos,
se acercaron dos sujetos
donde el cadáver yacía,
Por dentro, en el mismo instante,
se abrió una puerta sin ruido,
se adelantó el escondido
y se halló un hombre delante
Pasaron hora tras hora
y hasta tres tuvo de espera,
pero al finar la postrera
empezó a lucir la aurora.
Inmóvil como una piedra,
ni el esperar le fatiga,
ni a guarecerse le obliga,
ni aquella lluvia le arredra
Sólo cerca del umbral
de la casa de Don Gil,
de muy confuso perfil
se nota una sombra mal.
Muy lluviosa está la noche,
la calle sin luz alguna
y sin persona importuna
que madrugue o que trasnoche.
Vicente Rosales y Rosales, El Salvador, 1894

Los caracoles

Poetas: caracoles del viento.
En los del mar se oye el fragor marino.
En vosotros se oye el pensamiento.

Un unísono canto levantino
son las fuerzas del bien cuando el acento ... (ver texto completo)
Ursula Céspedes Orellano, Cuba, 1832

Al campo

Yo he nacido en el campo, y fue mi cuna
de verdes ramas y laurel tejida,
y fue mi alma infantil, sin pena alguna,
el canto de las aves adormida.

Un plácido arroyuelo, un verde prado, ... (ver texto completo)
¡No, no! Dime, alacrán, necrófago,
cadáver que se me está pudriendo encima
desde hace 45 años,
hiena crepuscular,
fétida hidra de 800.000 cabezas,
¿por qué siempre me muestras sólo una cara?
Siempre a cada segundo una cara distinta,
unos ojos crueles,
los ojos de un desconocido,
que me miran sin comprender ... (ver texto completo)
Son tus cabezas hediondas, tus cabezas crueles,
oh hidra violácea.

Hace 45 años que te odio,
que te escupo, que te maldigo,
pero no sé a quién maldigo,
a quién odio, a quién escupo.

Dulce,
dulce amor mío incógnito,
45 años hace ya
que te amo.

De "Hijos de la ira" ... (ver texto completo)
Yo

Mi portento inmediato,
mi frenética pasión de cada día,
mi flor, mi ángel de cada instante,
aun como el pan caliente con olor de tu hornada,
aun sumergido en las aguas de Dios,
y en los aires azules del día original del mundo:
dime, dulce amor mío,
dime, presencia incógnita, ... (ver texto completo)
¡No, no! Dime, alacrán, necrófago,
cadáver que se me está pudriendo encima
desde hace 45 años,
hiena crepuscular,
fétida hidra de 800.000 cabezas,
¿por qué siempre me muestras sólo una cara?
Siempre a cada segundo una cara distinta,
unos ojos crueles,
los ojos de un desconocido,
que me miran sin comprender
(con ese odio del desconocido)
y pasan:
a cada segundo. ... (ver texto completo)