UN VERSO PARA TODOS...
Con el barro
de los pies del caminante,
con el polvo
de los nobles ideales,
con las lágrimas, ¡ay!,
¡ay, qué grandes!,
de los niños tristes
de tristes arrabales,
con las cosas más sencillas,
más torpes, más vulgares,...
... yo quiero escribir mi verso
-poema de humana sangre-
para dárselo al mendigo
de las plazas, de las calles,...
y dárselo a los ricos y patricios...
y al alcalde,
al ministro y a la reina,
al papa y los cardenales.
A todos.... A todos.... A todos....
a los chicos y a los grandes.
A todos yo les regalo, ¡Ay!,
a todos yo quiero darles
mi verso de amor y sueño,
poema de barro y sangre.
Que no quede ninguno
sin llorar por los sin madre;
que ninguno huya,
ni se escape;
que ninguno, ninguno,
que ninguno pase
de las cosas, de los hombres
tan sencillos, tan vulgares...
que no son nadie.
Ninguno huya,
ninguno escape
de los que lloran
su llanto grande,
¡ay!, de los parias
que no son nadie...
que son silencio,
que no son nadie...
-polvo sin dueño, ¡ay!-
que no son.... - ¡n a d i e! -.
(Neno,)
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