La aguja
Una mujer, costurera de profesión, en el colmo del desconsuelo, se afanaba buscando alrededor de un
farol.
Encorvada, daba vueltas de aquí para allá, explorando en el suelo. Era
noche avanzada y un hombre pasaba por allí de vuelta a su
casa. Vio a la mujer que había empezado a llorar desconsoladamente.
Buena mujer, pero ¿que te ocurre? ¿Puedo ayudarte en algo?
¡Que más quisiera yo! -exclamó la mujer, sin dejar de buscar ansiosamente-. He perdido una aguja en mi casa y no la encuentro.
Perplejo,
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