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LA NUEZ DE ARRIBA (Burgos)

vistas del pueblo
Foto enviada por Victoria Serna,

La guerra incondicional no conduce ya a la victoria incondicional. John F. Kennedy
La guerra es un mal que deshonra al género humano. Fenelón
La guerra es un acto de violencia que intenta obligar al enemigo a someterse a nuestra voluntad. Carl von Clausewitz
La guerra es el sufragio de los países bárbaros. Carlos Martínez
Sofrené ml caballo;
y me puse a escuchar lo que decía:

- Todos llegan de noche,
todos se van de día...

Y, formándole dúo,
otra voz femenina
completó así la endecha
con ternura infinita: ... (ver texto completo)
Todos llegan de noche,
y todos se van de día...
Entonces, yo bajé de mi caballo
y me acosté en la orilla
de una charca.

Y fijo en ese canto que venía
a través del misterio de la selva,
fui cerrando los ojos al sueño y la fatiga.
... (ver texto completo)
La posada! El nervioso
látigo persignó la carne viva
de mi caballo, que rasgó los aires
con un largo relincho de alegría.

Y como si la selva
comprendiese todo, se quedó muda y fría.

Y hasta mí llegó, entonces,
una voz clara y fina ... (ver texto completo)
Sofrené ml caballo;
y me puse a escuchar lo que decía:

- Todos llegan de noche,
todos se van de día...

Y, formándole dúo,
otra voz femenina
completó así la endecha
con ternura infinita: ... (ver texto completo)
LA CANCION DEL CAMINO

Era un camino negro.
La noche estaba loca de relámpagos. Yo iba
en mi potro salvaje
por la montañosa andina.
Los chasquidos alegres de los cascos,
como masticaciones de monstruosas mandíbulas
destrozaban los vidrios invisibles
de las charcas dormidas. ... (ver texto completo)
La posada! El nervioso
látigo persignó la carne viva
de mi caballo, que rasgó los aires
con un largo relincho de alegría.

Y como si la selva
comprendiese todo, se quedó muda y fría.

Y hasta mí llegó, entonces,
una voz clara y fina ... (ver texto completo)
LA CANCION DEL CAMINO

Era un camino negro.
La noche estaba loca de relámpagos. Yo iba
en mi potro salvaje
por la montañosa andina.
Los chasquidos alegres de los cascos,
como masticaciones de monstruosas mandíbulas
destrozaban los vidrios invisibles
de las charcas dormidas. ... (ver texto completo)
La buena conciencia admite testigos; la malvada se agita y se conturba aún en la soledad. Seneca
La benevolencia es aliada de pocos; la soberbia, de pocas virtudes. H. Home
La belleza que atrae, rara vez coincide con la belleza que enamora. Ortega y Gasset
Tuyo este emparrado
que al ligero viento
moverá sus sombras
sobre tu silencio.
Tuya esta solana
donde en el invierno
pensará en tus párpados
tu adormecimiento.
Tuya es esta puerta;
tuyo este antepecho,
y tuyo este patio
con su limonero.
ENTREMOS

Esta es nuestra casa.
Entremos.
Para ti la hice
como un libro nuevo,
mirando, mirando,
como la hace el hornero,