Compramos energía a futuro

LA NUEZ DE ARRIBA (Burgos)

rio urbel (nº3)
Foto enviada por Victoria Serna,

hola Lucia ¡, mira entre nieves
y tú, tenéis buen tiempo?
hola Lucia ¡, mira entre nieves
Viky, si todo va como yo deseo, me refiero a mi salud, cuando Mirian venga, deseo acompañarla a Barcelona, me gustaría encontrarnos contigo, qué te parece?

Es que queria bajar para cosmo-belleza, tenía 4 entradas, te iba llamr para que me acompañaras, pero entre que no estaba muy fina,, cuando me animé y te iba a llamar, oí a mi marido diciendo lo del tiempo, que esperara a ver cómo pasba la mañana, pero anes de las 9 ya comenzó a nevar y ya no me decidí, suerte ¡
Un padre puede mantener a diez hijos, diez hijos no pueden mantener a un padre. Frase anónima.

Un pensamiento, una frase o un dicho popular pueden encerrar toda la sabiduría e ingenio de la ocurrencia más sugestiva. Frase anónima
GRAN FIESTA ANIMAL
Micaela Trocello (9 años)

Un domingo a la mañana, Coneja y Conejo salieron a repartir tarjetas, las cuales decían:

Todo tipo de animales están invitados a la Gran Fiesta Animal
Hora: 12 horas.
Dirección: Palmera alta con cinco cocos.
No faltar.
... (ver texto completo)
EN EL CORRAL HABÍA UN POLLO...
Inés de Cuevas

En el corral había un pollo
que no podía caminar
y la gallina le puso
una pata de cristal
La gansa le contó a todo,
a todo el reino animal
que en el corral había un pollo ... (ver texto completo)
Todos cuentan hasta cinco
en la casa de Francisco
uno, dos, tres, cuatro y cinco.
Removiendo un labrador con su pala el suelo, encontró un paquete de oro. Todos los días, pues, ofrendaba a la Tierra un presente, creyendo que era a ésta a quien le debía tan gran favor.
Pero se le apareció la Fortuna y le dijo:
- oye, amigo: ¿por qué agradeces a la Tierra los dones que yo te he dado para enriquecerte? Si los tiempos cambian y el oro pasa a otras manos, entonces echarás la culpa a la Fortuna.

Cuando recibamos un beneficio, veamos bien de donde proviene antes de juzgar indebidamente.
Veo moverse tus corrientes secas,
veo crecer manos interrumpidas,
oigo tus vegetales oceánicos
crujir de noche y furia sacudidos,
y siento morir hojas hacia adentro,
incorporando materiales verdes
a tu inmovilidad desamparada.
Poros, vetas, círculos de dulzura,
peso, temperatura silenciosa,
flechas pegadas a tu alma caída,
seres dormidos en tu boca espesa,
polvo de dulce pulpa consumida,
ceniza llena de apagadas almas,
venid a mi, a mi sueño sin medida,
caed en mi alcoba en que la noche cae
y cae sin cesar como agua rota,
y a vuestra vida, a vuestra muerte asidme, ... (ver texto completo)
Soy yo ante tu ola de olores muriendo,
envueltos en otoño y resistencia:
soy yo emprendiendo un viaje funerario
entre tus cicatrices amarillas:
soy yo con mis lamentos sin origen,
sin alimentos, desvelado, solo,
entrando oscurecidos corredores,
llegando a tu materia misteriosa.
Veo moverse tus corrientes secas,
veo crecer manos interrumpidas,
oigo tus vegetales oceánicos
crujir de noche y furia sacudidos,
y siento morir hojas hacia adentro,
incorporando materiales verdes
a tu inmovilidad desamparada.
Es que soy yo ante tu color de mundo,
ante tus pálidas espadas muertas,
ante tus corazones reunidos,
ante tu silenciosa multitud.
Soy yo ante tu ola de olores muriendo,
envueltos en otoño y resistencia:
soy yo emprendiendo un viaje funerario
entre tus cicatrices amarillas:
soy yo con mis lamentos sin origen,
sin alimentos, desvelado, solo,
entrando oscurecidos corredores,
llegando a tu materia misteriosa.
Dulce materia, oh rosa de alas secas,
en mi hundimiento tus pétalos subo
con pies pesados de roja fatiga,
y en tu catedral dura me arrodillo
golpeándome los labios con un ángel.
Es que soy yo ante tu color de mundo,
ante tus pálidas espadas muertas,
ante tus corazones reunidos,
ante tu silenciosa multitud.
Caigo en la sombra, en medio
de destruidas cosas,
y miro arañas, y apaciento bosques
de secretas maderas inconclusas,
y ando entre húmedas fibras arrancadas
al vivo ser de substancia y silencio.
Dulce materia, oh rosa de alas secas,
en mi hundimiento tus pétalos subo
con pies pesados de roja fatiga,
y en tu catedral dura me arrodillo
golpeándome los labios con un ángel.
Con mi razón apenas, con mis dedos,
con lentas aguas lentas inundadas,
caigo al imperio de los nomeolvides,
a una tenaz atmósfera de luto,
a una olvidada sala decaída,
a un racimo de tréboles amargos.
Caigo en la sombra, en medio
de destruidas cosas,
y miro arañas, y apaciento bosques
de secretas maderas inconclusas,
y ando entre húmedas fibras arrancadas
al vivo ser de substancia y silencio.
Con mi razón apenas, con mis dedos,
con lentas aguas lentas inundadas,
caigo al imperio de los nomeolvides,
a una tenaz atmósfera de luto,
a una olvidada sala decaída,
a un racimo de tréboles amargos.