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LA NUEZ DE ARRIBA (Burgos)

rio urbel (nº3)
Foto enviada por Victoria Serna,

CUCÚ

Cucú, cantaba la rana,

cucú, debajo del agua;

cucú, pasó un caballero,

cucú, vestido de negro;
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CUANDO SEA GRANDE

Mamá: cuando sea grande

voy a hacer una escalera

tan alta que llegue al cielo

para ir a coger estrellas.
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CANCIÓN DE CUNA DE LOS ELEFANTES

El elefante lloraba

porque no quería dormir...

-Duerme, elefantito mío,

que la luna te va a oir...

-Papá elefante está cerca,

se oye en el manglar mugir;

duerme, elefantito mío,

que la luna te va a oir...

El elefante lloraba

(¡con un aire de infeliz!)

y alzaba la trompa al viento...

Parecía que en la luna

se limpiaba la nariz...

ADRIANO DEL VALLE ... (ver texto completo)
BAMBI Y LOS AMIGOS DEL BOSQUE

Bambi y los amigos del bosque

Autor: Felix Salten.

Bambi y los amigos del bosque

Había llegado la primavera. El bosque estaba muy lindo. Los animalitos despertaban del largo invierno y esperaban todos un feliz acontecimiento.
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La leona y la osa

En el bosque vivía una leona muy feroz. Era el terror de todos los animales.

Cuando estaba hambrienta -y esto sucedía a diario- prefería matar los cachorros de los otros animales. Le parecía que su carne era mas tierna y más sabrosa. La fama de su ferocidad se había extendido por todas partes, y los animales que tenían cachorros en el bosque temblaban sólo de pensar que la leona pudiera presentarse en aquellos lugares.

Un día, la leona tuvo un leoncito. Era un hermoso cachorro, avispado y robusto; su madre se sentía orgullosa de él y- hacía numerosos proyectos para su hijo. Crecería, llegaría a ser un león temido y respetado por todos, porque ella le habría enseñado cómo se capturan los cachorros de los demás animales para procurarse buena comida.

Una triste mañana de verano llegaron al bosque los cazadores. Todos los animales se escondieron o huyeron muy lejos, y también la leona buscó refugio en to más espeso del bosque. En la prisa por huir, perdió de vista a su cachorro, y ya podéis imaginar su desesperación cuando, pasado el peligro, salió de su escondrijo y no encontró al leoncito.

- ¿Habéis visto a mi hijo? -preguntaba sin descanso a los animales que encontraba.

-Yo no -le respondían todos-. No to he visto.

Pronto se supo que su hijo había sido capturado por los hombres. Además, era posible que 1o hubiesen matado. Entonces la leona se puso a recorrer el bosque de un lado para otro lamentándose con grandes gritos.

-- Ay de mi! ¡Qué desgraciada soy! -les decía a todos para que la compadecieran-. - ¡Mi pobre leoncito! - Desdichada de mi!

No encontró a ningún animal dispuesto a consolarla. Es mas, por el camino se tropezó con una osa que le dijo

- ¿Por qué to lamentas?, ¿Crees acaso que los cachorros que devoras no tienen padre ni madre? -No, también ellos tienen padres - respondió, tras una breve reflexión, la leona.

-Entonces... -concluyó la osa-. - Crees que sus padres no han sufrido cuando tú matastes a sus hijos? Y, sin embargo, no van por ahí lamentándose. Aprende tú ahora a sufrir también en silencio.

FIN ... (ver texto completo)
Fábula contra Antoniana Margarita

Había una vez hace quinientos años un sabio medico y filosofo Hispano llamado el Licenciado Gomez Pereyra. Sus padres eran Antonio Pereyra y Margarita de Medina. Su nombre de pila era igual al de su abuelo Gomez Garcia Pereyra. Despues de treinta años de meditar y escribir, publico un libro que titulo con el nombre de sus padres "Antoniana Margarita ".

La primera edicion o "edicion principe" fue publicada en 1554 cuando el Lic Pereyra tenia 54 años. En este ... (ver texto completo)
El gatito Marramiau.

Estaba el gatito Marramiau sentadito al sol en su tejado, cuando le llevaron la agradable noticia de que iba a verse casado con una linda gatita rubia.

Fue tan grande la sorpresa de Marramiau, que resbalo. Y se cayó desde el tejado al suelo.

El golpe fue tan grande, que Marramiau se rompió las costillas. Y la puntita del rabo.

Enseguida, le llevaron al hospital.
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Todo es posible, a menos que no lo sea.
Había una vez una elefanta que vivía feliz en su pueblo. Un día, mirando la televisión quedó fascinada con el Gran Desfile «Jirafa`s Moda Show», con las mejores modelos de Jirafancho Dottof y Roberto Jirofandio.
- ¡Cómo me gustaría ser una famosa modelo! -decía la elefanta sin dejar de mirar el Show-.
Entonces se puso a pensar, ya que no podía sacarse esa idea de la cabeza. Pensó y pensó durante un largo rato, hasta que por fin se le ocurrió una gran idea, hacer una dieta.
Y desde ese día empezó ... (ver texto completo)
BRILLANTE CORAZÓN QUE PINTÓ DIOS
Milagros Beber (9 años)

Pintoresco es mi pueblo
que cada día
crece y crece
con las flores
que ama Dios.

Pincelando cada día ... (ver texto completo)
De cómo Rapigato y Gatontuelo se hicieron amigos
Selene Ailín Sione (13 años)

En la lejana Ciudad Gatonesa, vivían muchísimos gatos. Pero sólo dos eran los más famosos y conocidos: Rapigato y Gatontuelo. Ellos eran dos personajes muy especiales en esa ciudad, y muy queridos por todos, pero entre ellos eran totalmente enemigos. ¡Es que eran tan diferentes el uno del otro!
Rapigato decía que le fastidiaba hablar con Gatontuelo porque era muy tonto y nunca tenía un tema interesante de qué hablar, ... (ver texto completo)
LA ABUELA LOCA
(María García Borrego)

Mi abuela está loca. Tiene el pelo largo, teñido de rosa chicle, siempre está inventando canciones y bailando, le da lo mismo que sea una canción de los "Rolling", de "El Fari" o lo último de los "cuarenta". Le encantan los ordenadores, que maneja a la perfección. Su buzón de Internet está permanentemente plagado de mensajes de personas de todos los países y de todas las edades, amigos que ha ido encontrando en sus múltiples incursiones por el mundo cibernético. ... (ver texto completo)
La niña, llena de alborozo, le agradeció el obsequio. Y despidiéndose de las buenas estrellas, partió otra vez en busca de sus hermanos. Pronto alcanzó a ver la gran montaña de cristal, que brillaba en medio de la tierra.

-Ahí está el castillo -se dijo la niña- y pronto estaré junto a mis hermanos.

Momentos después se hallaba frente a la puerta del castillo. Era aquella una puerta pesada y enorme, muy difícil de mover; pero, cosa rara, su cerradura era muy chiquita: del tamaño del trocito de ... (ver texto completo)
Pero no advirtió que el anillo de bodas de su madre rodó de su dedo y cayó al fondo de uno de los vasos.

De pronto se sintió afuera un aleteo de pájaros y la niña se levantó presurosa.

-Escóndeme -dijo al enano-; no quisiera que tus amos los siete cuervos me vieran todavía.

El enano la hizo ocultar tras una cortina, y poco después se vio entrar por la ventana a los siete cuervos. Se posó cada uno junto a su plato, y comenzaron a comer. De pronto, uno de ellos exclamó:

-Parece como si ... (ver texto completo)
Entonces dijo la niña:

-Pues yo he de ir a buscarles. Soy culpable de que los pobrecitos estén ahora convertidos en siete cuervos, y es preciso que los encuentre para que puedan volver a casa.

- ¡Pero no sabemos dónde están! -exclamaron los padres-. ¿Cómo harás para encontrarles? La niña se quedó un momento pensando. Sus padres tenían razón: sería muy difícil saber dónde habitaban ahora los siete cuervos encantados. Pero después de un instante, exclamó:

-No sé todavía cómo haré para encontrarles. ... (ver texto completo)
La niña, llena de alborozo, le agradeció el obsequio. Y despidiéndose de las buenas estrellas, partió otra vez en busca de sus hermanos. Pronto alcanzó a ver la gran montaña de cristal, que brillaba en medio de la tierra.

-Ahí está el castillo -se dijo la niña- y pronto estaré junto a mis hermanos.

Momentos después se hallaba frente a la puerta del castillo. Era aquella una puerta pesada y enorme, muy difícil de mover; pero, cosa rara, su cerradura era muy chiquita: del tamaño del trocito de ... (ver texto completo)
Perezosos! ¡Ojalá se convirtieran en siete cuervos!

No imaginó nunca lo que podía suceder. Apenas había dicho esas palabras, cuando sintió un aleteo sobre su cabeza; levantó los ojos, y con gran espanto vio contra el cielo azul siete cuervos negros que volaban sobre la casa.

Grande fue su desesperación y la de su mujer cuando comprendieron que aquellos siete cuervos eran sus siete hijos.

- ¡Pobres niños! -decía el padre afligido, viendo que los cuervos, después de volar un rato sobre su ... (ver texto completo)
Entonces dijo la niña:

-Pues yo he de ir a buscarles. Soy culpable de que los pobrecitos estén ahora convertidos en siete cuervos, y es preciso que los encuentre para que puedan volver a casa.

- ¡Pero no sabemos dónde están! -exclamaron los padres-. ¿Cómo harás para encontrarles? La niña se quedó un momento pensando. Sus padres tenían razón: sería muy difícil saber dónde habitaban ahora los siete cuervos encantados. Pero después de un instante, exclamó:

-No sé todavía cómo haré para encontrarles. ... (ver texto completo)