FESTIVIDAD DE SANTA CECILIA, 2019
El sábado, día 23 de noviembre de 2019, celebramos la fiesta patronal de Hermosilla; la de toda la vida que se hacía en otoño, en honor de Santa Cecilia. Lejos quedan ya las copiosas nevadas hasta la rodilla de otras épocas.
Ahora, esta fiesta se ha transformado en la Fiesta de la Matanza del Cerdo. Para ello, se compra medio cerdo en una carnicería de Briviesca que lo entrega perfectamente cortado para ser asado para la comida y cena popular de este día.
A primera hora de la mañana, un grupo de emprendedores pertenecientes a la Sociedad prepararon el fuego en la calle con encina seca pero muy remojada por las continuas lluvias finas de cada día. El sábado amaneció nublado y afortunadamente, con pronóstico de falta de lluvias. Así fue prácticamente durante todo el día.
La hoguera se resistió pero cuando las llamas cogieron fuerza no paró de dar calor hasta transformarse en una montaña de ascuas incandescentes que duraron hasta altas horas de la madrugada.
Mientras tanto, otro grupo de socios prepararon la sopa del primer plato guiados por la maestría y veteranía del “Cocinero de Pino”. También, cómo no, un grupo de mujeres puso a punto los lotes de carne de cerdo que se subastarían al mediodía, antes de empezar la comida. Amén de otras tareas domésticas que no voy a extenderme relatándolas.
Sobre las 12 h. el cura párroco ofició una misa en la iglesia parroquial de Santa Cecilia acompañado de una treintena de feligreses. Como el día acompañaba, se hizo una procesión hasta el centro del pueblo. Después de la misa se rezó un responso en la puerta del cementerio, muy adornado con los ramos de flores del día de los todos los Difuntos, en recuerdo de todos los familiares ausentes.
Antes de comer tuvo lugar la tradicional subasta en el bar de lotes de partes del cerdo que no se consumirían en la fiesta (patas, orejas,…) junto a partes más nobles del animal (picadillo, solomillo …) para dar más emoción a las pujas. Esta subasta aporta una pequeña cantidad de dinero que siempre va bien para cubrir todos los gastos de la fiesta pues con 12 € por adulto (6 € los niños) no se pueden hacer muchos milagros teniendo en cuenta que se distribuye la comida y la cena con bebida y café incluidos por este precio.
Sobre las 15 h. empezamos a comer una cuarenta de personas en la sala del bar mientras el equipo de cocina lo hacía en la calle atendiendo y vigilando las parrillas en el fuego. Sacrifico que es de agradecer pues no era nada cómodo estar de pie, con el aire fresco que de tanto en tanto azotaba en la plazoleta que hay delante del bar.
Comimos una sabrosísima sopa de primero seguida de productos típicos de cerdo asados como la morcilla, el chorizo y la panceta. Siguió chuletas de cerdo, finamente cortadas, y más chuletas; éstas de mayor tamaño. Fruta de postre. Todo regado con un buen vino; un café y su chupito. Menú un tanto enfrentado a la dieta que muchos de los comensales tenemos que llevar el resto de los día del año por nuestra edad y por nuestros problema de salud (“un día es un día”)
En la cena, allá sobre las, 21 h. se sirvió el mismo menú. No en vano todo giraba en torno a la matanza del cerdo. Yo, personalmente, como estaba saturado con la comida del mediodía, tan solo probé la sopa y el postre.
Por la noche, un pequeño grupo musical amenizó la sesión hasta altas horas de la madrugada con sus canciones populares que animaron a más de uno a mover el esqueleto sin ningún tipo de reparo dando suelta a sus dotes de bailarín largamente ocultados.
Fue una buena fiesta hecha realidad gracias al esfuerzo desinteresado de la Sociedad así como de un grupo de asociados que ofrecieron su trabajo, esfuerzo y dedicación para que todo saliera bien. Actitud que valoro y pongo en valor para dar algo de vida al pueblo y más aún en estas fechas de desierto poblacional.
Sería bueno más presencia de gente joven y de chavalería en la fiesta para que cuando llegue el momento puedan coger el timón y mantener el latido del corazón del pueblo de Hermosilla. El futuro está en sus manos.
Gracias a todos y a todas por vuestra colaboración y hasta el año que viene.
¡Feliz día de Santa Cecilia!
El sábado, día 23 de noviembre de 2019, celebramos la fiesta patronal de Hermosilla; la de toda la vida que se hacía en otoño, en honor de Santa Cecilia. Lejos quedan ya las copiosas nevadas hasta la rodilla de otras épocas.
Ahora, esta fiesta se ha transformado en la Fiesta de la Matanza del Cerdo. Para ello, se compra medio cerdo en una carnicería de Briviesca que lo entrega perfectamente cortado para ser asado para la comida y cena popular de este día.
A primera hora de la mañana, un grupo de emprendedores pertenecientes a la Sociedad prepararon el fuego en la calle con encina seca pero muy remojada por las continuas lluvias finas de cada día. El sábado amaneció nublado y afortunadamente, con pronóstico de falta de lluvias. Así fue prácticamente durante todo el día.
La hoguera se resistió pero cuando las llamas cogieron fuerza no paró de dar calor hasta transformarse en una montaña de ascuas incandescentes que duraron hasta altas horas de la madrugada.
Mientras tanto, otro grupo de socios prepararon la sopa del primer plato guiados por la maestría y veteranía del “Cocinero de Pino”. También, cómo no, un grupo de mujeres puso a punto los lotes de carne de cerdo que se subastarían al mediodía, antes de empezar la comida. Amén de otras tareas domésticas que no voy a extenderme relatándolas.
Sobre las 12 h. el cura párroco ofició una misa en la iglesia parroquial de Santa Cecilia acompañado de una treintena de feligreses. Como el día acompañaba, se hizo una procesión hasta el centro del pueblo. Después de la misa se rezó un responso en la puerta del cementerio, muy adornado con los ramos de flores del día de los todos los Difuntos, en recuerdo de todos los familiares ausentes.
Antes de comer tuvo lugar la tradicional subasta en el bar de lotes de partes del cerdo que no se consumirían en la fiesta (patas, orejas,…) junto a partes más nobles del animal (picadillo, solomillo …) para dar más emoción a las pujas. Esta subasta aporta una pequeña cantidad de dinero que siempre va bien para cubrir todos los gastos de la fiesta pues con 12 € por adulto (6 € los niños) no se pueden hacer muchos milagros teniendo en cuenta que se distribuye la comida y la cena con bebida y café incluidos por este precio.
Sobre las 15 h. empezamos a comer una cuarenta de personas en la sala del bar mientras el equipo de cocina lo hacía en la calle atendiendo y vigilando las parrillas en el fuego. Sacrifico que es de agradecer pues no era nada cómodo estar de pie, con el aire fresco que de tanto en tanto azotaba en la plazoleta que hay delante del bar.
Comimos una sabrosísima sopa de primero seguida de productos típicos de cerdo asados como la morcilla, el chorizo y la panceta. Siguió chuletas de cerdo, finamente cortadas, y más chuletas; éstas de mayor tamaño. Fruta de postre. Todo regado con un buen vino; un café y su chupito. Menú un tanto enfrentado a la dieta que muchos de los comensales tenemos que llevar el resto de los día del año por nuestra edad y por nuestros problema de salud (“un día es un día”)
En la cena, allá sobre las, 21 h. se sirvió el mismo menú. No en vano todo giraba en torno a la matanza del cerdo. Yo, personalmente, como estaba saturado con la comida del mediodía, tan solo probé la sopa y el postre.
Por la noche, un pequeño grupo musical amenizó la sesión hasta altas horas de la madrugada con sus canciones populares que animaron a más de uno a mover el esqueleto sin ningún tipo de reparo dando suelta a sus dotes de bailarín largamente ocultados.
Fue una buena fiesta hecha realidad gracias al esfuerzo desinteresado de la Sociedad así como de un grupo de asociados que ofrecieron su trabajo, esfuerzo y dedicación para que todo saliera bien. Actitud que valoro y pongo en valor para dar algo de vida al pueblo y más aún en estas fechas de desierto poblacional.
Sería bueno más presencia de gente joven y de chavalería en la fiesta para que cuando llegue el momento puedan coger el timón y mantener el latido del corazón del pueblo de Hermosilla. El futuro está en sus manos.
Gracias a todos y a todas por vuestra colaboración y hasta el año que viene.
¡Feliz día de Santa Cecilia!
