Los
cerezos en
flor han dejado paso a sus brillantes y carnosos
frutos, como perlas
rojas colgadas en sus verdes ramas, que brillan aún más con las gotas de las ultimas lloviznas.
Es
fruta, jugosa en boca, suave al tacto y equilibrada en azúcares. Crea adición cuando se empieza a saborearlas. Y para las aves es el
fruto preferido, de ahí que a los cerezos se les llame también "el
árbol de las aves". Este año viene generoso en
cerezas y ciruelas.