Burgalés, tú, como oriundo y vecino de la " caput castellae" que parece estar a 800 metros de altitud sobre el nivel del mar, sabes que ese frío, seco, muerde, y se mete hasta los tuétanos. Yo he visto los baldes del agua helados dentro de la cocina, la ropa de la cama, como si te sentaras sobe el mismo hielo. Aullar el viento en la chimenea hasta apagar la lumbre. Y no porque antes los inviernos fuesen más crudos que los de ahora, sino porque las casas eran para seres sobrehumanos. Los animales de la cuadra y corrales estaban más calientes que los del piso superior. Sólo estabas bien si te arropabas junto al fuego de la cocina, a cambio de ahumarte como un chorizo.
Ahora aunque los inviernos sean igual de crudos y los carámbanos amenazantes cuelguen de los aleros, la madriguera está muy bien acondicionada.
No te rompas los cuernos para embestir en las voluntades periodisticas de los lugareños y de los de findes. El silencio cómplice guarda mejor su patrimonio.
Ahora aunque los inviernos sean igual de crudos y los carámbanos amenazantes cuelguen de los aleros, la madriguera está muy bien acondicionada.
No te rompas los cuernos para embestir en las voluntades periodisticas de los lugareños y de los de findes. El silencio cómplice guarda mejor su patrimonio.