La naturaleza es tan expresiva que te ofrece gratuitamente cómo hacer un hermoso cuadro. Ella te pone arriba el azul del cielo, un poco más abajo las oscuras y grises montañas, en el medio los estrechos valles inclinados y ocupados por cabizbajas espigas doradas. Y las pequeñas colinas de encinas y pinos con sus pinceladas de verdes diversifican en matices y formas, los colores y cotas del paisaje. Nada queda a la improvisación. Los rústicos girasoles con sus pétalos amarillos dan la luminosidad suficiente para exclamar: ¡cuánta belleza, amiga naturaleza se esconde en tus manos! J. Hav.