Barrio del Castillo - Montes Obarenes a la lejanía, HERMOSILLA

Qué lástima que haya que reflejar estos actos tan lamentables cuando hablamos de Hermosilla. El pueblo no merece ser recordado ni conocido por eso.
Quisiera no escribir: porque ya todo lo observado, difunde paz, respeto y armonía.

Pero casi todo, sigue esa trama retorcida y atávica de que lo ajeno ha de ser mío y (yo hago lo que quiero en este pueblo sin controles y sin leyes), porque no pasa nada, mientras nadie me denuncie.

Hay un fulano que sigue robando los leylandis plantados, los tutores de los cerezos. Sí. Le gustan los árboles, pero los que compra el vecino. ¡Cómo puedes ser tan ruín!

Se sigue construyendo adosados en altura...
¡Qué bien quedan las casas enmarcadas por la verde vegetación de los árboles, los montes Obarenes al fondo y los cúmulos de blancas nubes flotando en el mar azul del cielo.

Pero en estos bellos paisajes habita la fiera más destructiva de la tierra y a su vez el ser que construye acogedoras casas, que planta los bosques quemados, que limpia y recicla el agua contaminada, que utiliza cada vez más las energias renovables, que no mata para divertirse a los animales.
En una palabra. Es consciente...