Chopera del pueblo, HERMOSILLA

Ruge el Oca a su paso por las tierras feraces de los pueblos. Allí donde la curvilínea y brillante reja en su codicia de coger y coger más terreno para su dueño, va privando las orillas de árboles y arbustos, es donde con más saña se ceban y erosionan las caudalosas y hambrientas aguas.

La tierra frágil y desnuda se desmorona trás las embestidas bravas de las torrentuosas y rápidas aguas y la grava aflora donde antes había una fértil vega.

El río busca su espacio de vida; y el hombre con sus...
Mirlo dormido: Ayer, anoche, esta mañana. En la rama más alta, en la rama más erguida. Allí, allí tú, sólo, sólo.

Aguantando el agua, soportando el frío. De noche, de madrugada, de día, cantas a ritmo, anuncias primaveras incitas a la vida.

Ahora ahí, caído, muerto, derribado de lo más alto, a lo menos humano: el abrumador y envolvente asfalto.

Alguien que no aprecia tus trinos, te ha enmudecido.

Como dormido, como soñando,
apoyas tu cabeza negra con tu pico gualdo, como almohada en...
LOS VIEJOS CHOPOS DEL PUEBLO:... Sus hojas al soplar el viento son como miles de abanicos verdes que nos resguardan de los agobiantes calores del verano. En las cimas de sus copas hacen sus nidos las urracas o picarazas, esos cuervos blancos de cola larga; y con las pelusas blancas se transporta el fruto de los chopos, y así muchas pequeñas aves acolchan sus nidos.

También en la oquedad de sus rugosos troncos anidan diversos pájaros y ratones y gran cantidad de insectos y gusanos . Sus raices...
Si en Hermosilla, existe un árbol conocido por todos es el chopo " populus nigra". De pequeñas varetas metidas en terreno húmedo prendían los plantones de chopo que luego se transplantaban junto a las orillas del rio o de un arroyo.

Los primeros silbos, chiflos o silbatos de la niñez se hacian con las ramas jóvenes del chopo. Los palos para tutorar o sujetar las alubias se sacaban, también de las ramas algo mayores del árbol. Las ramas de poda con sus hojas servían primero para comida del ganado...
Hoy soñé que juntos,
Caminábamos por la frondosa
Y verde ribera del Oca.

Despreocupados y admirados
De que los árboles que ayer
No sabías su nombre,
Hoy como viejos amigos,
Ellos decían el tuyo.

Soñé en tus adioses largos y cariñosos,
Como hilos tendidos en ela aire
Como tiempo atrapado, que no quería irse ,
Mientras tú te ibas feliz y dichosa.

Soñe que de nuevo me hablabas
Cerca, muy cerca
De tus preocupaciones, emociones
Y fantasías.

Y cómo nuestras manos se reconocían...