Zona del ábside y moral: con la hierba recién cortada, HERMOSILLA

Es de agradecer la dedicación de un hijo del pueblo (Juan Abel), que vive fuera, y que se desvivie para que la hierba no se "coma" la iglesia.

No le importa ni la distancia, ni la climatología adversa a la hora de desplazarse y venir a Hermosilla a cuidarse de "lo público" por voluntarismo y cariño al pueblo.

Gracias por tanto esfuerzo, desvelo y dedicación.
(Agosto de 2020)