Los árboles casi no dejan ver... ¡la ermita!, HERMOSILLA

¡Bendita vegetación!
(2017)
El gran y hermoso abeto se plantó en su día en un agujero en medio del peñascal de roca arenisca que hay entre la ermita y la vivienda aneja.

Este árbol fue creciendo en tamaño y elegancia. Pero llegó un momento que por la falta de profundidad de sus raíces y por su tamaño se convirtió en un peligro.

Podía caer encima de un vehículo que pasara en ese momento por la carretera; encima de algún transeúnte o... incluso, encima de los familiares de la persona que en su día lo plantó con mimo y que...
¡Qué importa que los árboles, no dejen ver la ermita! Si estando a su lado la hacen más bella.

Pero sí importa y mucho, que el hermoso Abeto, haya sido talado sin piedad, y hoy ya no exista.

¿A quién estorba un árbol?

Son los árboles, los esfuerzos de la tierra para hablar con el cielo que escucha.