Encima de la
portada, en un segundo cuerpo del hastial, encontramos un gran
rosetón de tracería
gótica. Conserva el rosetón las
vidrieras más antiguas de la
Catedral. Son, junto con los restos integrados en los óculos de las
puertas laterales de la
fachada principal, las únicas vidrieras góticas que se salvan de la voladura del
Castillo de
Burgos en 1813.
Por último, sobre el rosetón, remata la fachada una galería abierta con tres
arcos calados. Esta arquería acoge un conjunto escultórico con trece figuras. En el centro, Jesucristo administrando la Eucaristía, rodeado por doce ángeles portando cirios, seis a cada lado. Se ha interpretado como la Divina Liturgia.