Entre la gran variedad de
pasteles que ofrecen las
pastelerías de
Burgos y provincia, el de mayor
tradición es el Chevalier. Su origen se atribuye al pastelero burgalés Jesús Pinedo, quien lo creó en 1935 ó 1936. El nombre parece estar relacionado con el cantante francés Maurice Chevalier, quien en aquella época puso de moda un sombrero de paja, le canoutièré, con el que cantaba sus canciones.
De forma ovalada y textura suave, el chevalier tiene un agradable olor y un delicioso sabor, no demasiado dulce. Su peso es de aproximadamente 150 gramos. Entre sus ingredientes destacan la harina, la mantequilla, la leche, los huevos, el azúcar y las
almendras laminadas. Elaborado con una pasta de levadura, está relleno generalmente con nata, aunque ocasionalmente también se pueden encontrar rellenos de crema, y por encima lleva almendras y azúcar glass. Aunque su conservación y transporte no es fácil, es un dulce delicioso y muy adecuado para degustar en los
paseos turísticos por Burgos y provincia.