Por Mari Carmen Bohada Merino
Los niños que juegan al corro, bien podían ser alumnos del primer
colegio de sordos y ciegos del norte de
España, al que corresponde la
fachada, construido a instancias de D. Manuel de la Cuesta en 1860.
Acogía alumnos sordos y ciegos de:
Álava,
Burgos,
Guipúzcoa,
Palencia, Santander,
Valladolid y
Vizcaya.
En los orígenes de la educación especial