La
Historia Frente a la Leyenda
EL CONDADO DE CASTILLA (711 – 1038)
La Nueva Provincia Visigoda de
Cantabria
- La novedad más importante en nuestras tierras en la época visigoda será en lo administrativo la aparición de una nueva identidad llamada Cantabria, que surge al derrumbarse el aparato político
romano y cuyos límites nada tenían de común con la Cantabria prerromana y mucho menos con los de la actual reinventada Cantabria.
- Esta Cantabria visigoda del siglo VI, cuya capital era
Amaya (
Burgos), se extendía mucho más allá del viejo solar cántabro de la época
romana e incluía también a los antiguos autrigones del norte de Burgos, de la Bureba y de
Montes de Oca del mismo modo que a los berones de la actual Rioja; la toponimia nos ha conservado el nombre de Cantabria aplicado a la
sierra que separa
la Rioja alavesa del resto de
Álava.
- En el año 574 el rey Leovigildo inicia la conquista de esta Cantabria, que es anexionada al reino visigodo, siete años más tarde, el 581, el mismo Leovigildo partiendo de Cantabria ataca y ocupa parte de Vasconia y funda en ella la ciudad de Victoriacum, probablemente la llamada posteriormente Velegia y en vascuence Iruña, 12 kilómetros al oeste de Vitoria.
- Después del 574 desaparece toda referencia en las
fuentes a cualquier oposición cántabra a la dominación visigoda en cuyo ámbito político parece haberse integrado definitivamente la Cantabria de Leovigildo; más aún, en el siglo VII, a las seis grandes provincias de la época romana se añadirán dos más en la división administrativa visigoda de nueva creación:
Asturias y Cantabria, cuyos jefes
militares o duces residirán en Astorga y Amaya respectivamente.
- La nueva provincia de Cantabria había surgido por la gran concentración de fuerzas militares visigodas en ella para hacer frente a la abierta rebeldía de los vascones; estas fuerzas requerían un jefe
militar de la máxima categoría como era el dux prouintiae.
- Al titular del ducado de Cantabria, que se extendía desde el norte de
Palencia hasta las tierras riojanas, incluyendo las de la ribera izquierda del Ebro, le estaría atribuido el mando de las tropas que hasta el final del reino visigodo guarnecían lo que podemos llamar el frente o limes vascón; y este ducado, con su duque Pedro al frente, será la única parcela de territorio visigodo, que nunca sucumbirá totalmente a la invasión musulmana, y en sus
montañas y por obra de su duque se organizara uno de los focos de resistencia, que un día conducirá a la recuperación de todo el suelo peninsular.
* Gonzalo Martínez Diez