CHISTE:
Se juntan uno de Bohodón, otro de Hernansancho y otro de Villanueva de Gómez. El de Bohodón decía que era el más rápido de los tres, que en un periquete iba a sus tierras y las segaba sin necesidad de contratar obreros. El de Hernansancho decía que él si que era rápido, ¡mucho más..! Decía que salía de trabajar a las ocho de la tarde y que a las siete y media ya había cenado y había hecho el amor con su mujer. El de Villanueva de Gómez los escuchó con atención y viendo que eran tan rápidos les contó lo que le sucedió una vez en la fiesta de Bohodón.
-Llegué a la fiesta y el baile ya estaba empezado, así que me fui a tomar algo donde Pape y después al bar de los panaderos, después me comí un bocadillo en casa de Teodoro el cartero, luego fui a la plaza y me ligue a la mejor moza, por cierto que estaba buenecísima. En el descanso me fui a dar una vuelta con ella por las inmediaciones de la laguna que da nombre al pueblo y cuando estábamos fumandonos un cigarro, le dije a la tierna zagala que habriese las piernas. Ella sonrió y me contestó que no, que había oído decir que yo era muy rápido y que si abría las piernas se la podía meter en un periquete. El de Villanueva de Gómez le dijo que no era para metérsela que era para sacarla...
(EN VERDAD QUE ESTE MOZO ERA EL MáS RáPIDO DE LOS TRES ¡OH NO..!).
Se juntan uno de Bohodón, otro de Hernansancho y otro de Villanueva de Gómez. El de Bohodón decía que era el más rápido de los tres, que en un periquete iba a sus tierras y las segaba sin necesidad de contratar obreros. El de Hernansancho decía que él si que era rápido, ¡mucho más..! Decía que salía de trabajar a las ocho de la tarde y que a las siete y media ya había cenado y había hecho el amor con su mujer. El de Villanueva de Gómez los escuchó con atención y viendo que eran tan rápidos les contó lo que le sucedió una vez en la fiesta de Bohodón.
-Llegué a la fiesta y el baile ya estaba empezado, así que me fui a tomar algo donde Pape y después al bar de los panaderos, después me comí un bocadillo en casa de Teodoro el cartero, luego fui a la plaza y me ligue a la mejor moza, por cierto que estaba buenecísima. En el descanso me fui a dar una vuelta con ella por las inmediaciones de la laguna que da nombre al pueblo y cuando estábamos fumandonos un cigarro, le dije a la tierna zagala que habriese las piernas. Ella sonrió y me contestó que no, que había oído decir que yo era muy rápido y que si abría las piernas se la podía meter en un periquete. El de Villanueva de Gómez le dijo que no era para metérsela que era para sacarla...
(EN VERDAD QUE ESTE MOZO ERA EL MáS RáPIDO DE LOS TRES ¡OH NO..!).