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VILLANUEVA DE GOMEZ: CHISTE En la era de Villanueva se hallaron por casualidad...

CHISTE
En la era de Villanueva se hallaron por casualidad tres labradores; uno de San Pascual, otro de Hernansancho y un oriundo de la villa. Hablando de las cosas de la vida el labrador de San Pascual decía que él se cuidaba mucho, que por la mañana se tomaba un vaso de leche recién ordeñada y como a media mañana se comía una tajá de longaniza y dos torreznos. A la hora de la comida se metía entre pechos y espaldas un buen plato de lo que le preparase su mujer, por la tarde hacía una buena merienda y por la noche solamente se comía un plato de sopas de ojo y dos piezas de fruta. El labrador de Hernansancho decía que aquello le parecía disparatado, que parecía que se pasaba el día comiendo y de esta forma lo más seguro es que antes o después le iba a dar un infarto o algo parecido; también dijo que él desayunaba fuerte pero que el resto de las comidas las hacía ligeras. El de villanueva les dijo que tenía una salud de hierro, que desde siempre había sido así. Cuando le preguntaron el de Hernansancho y el de San Pascual cómo lo había conseguido, el de Villanueva respondió que él hacía lo mismo que habían hecho su padre y su abuelo, dar al cuerpo lo contrario que a uno le pide. Les puso un ejemplo muy sencillo para que lo entendieran: -mirar, para que me entendáis, si por ejemplo el cuerpo me pide que beba agua, yo hago justo lo contrario y me bebo un buen trago de vino.
-¿Y si el cuerpo te pide vino? –pregunto el de San Pascual intentando sacar algo en limpio de todo aquello.
- Si el cuerpo me pide vino, -dijo el de la villa sin titubear- yo le doy vino, ¡alguna vez hay que darle lo que pide..!