conciencia del otoño octubre/08, SAN MARTIN DE LA VEGA DEL ALBERCHE

Apágame los ojos: puedo verte;
ciérrame las orejas: puedo oírte,
y sin pies puedo andar hacia ti,
y aun sin boca puedo invocarte.
Arráncame los brazos y te asiré
con el corazón como con una mano,
detén mi corazón y latirá mi cerebro,
y si incendias mi cerebro
te llevaré en mi sangre.

R. M Rilke
SONATA DE OTOÑO

El fin de semana pasado, ha sido de recogida, preludio de invierno, después del largo puente se verán muchas casas cerradas. Como nido de golondrina.
Y no importa que el otoño luzca espléndido, con los árboles mudando el color del pellejo, desnudándose impúdicos para la primavera reestreno.
Y no importa, que las mañanas sean tibias y claras, y las tardes de incendio, ni que la noche derroche la plata, y que flote en el aire olor a manzanas.

Un manto de tristeza y soledad va...
¡Otoño como nos engañas
con tu esplendor inherente!,
que a pasitos nos llevas,
al invierno y la muerte.