La
Ermita de
San Marcos, como la de
Becedas pero de mayores proporciones, se levanta en el siglo XIV, destinada al culto itinerante. Cuenta con un
arco de diafragma, un
retablo mayor barroco y una
fachada porticada que servía de
refugio a los caminantes. Está presidida por un
calvario majestuoso (tres
cruces de
piedra)
Datos extraidos del libro Trasierra 6, 2007 M de J. Gómez Blázquez