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NARROS DEL CASTILLO (Avila)

Juegos infantiles (Peonza)
Foto enviada por Desde Narros

Raymond Carver

Miedo

Miedo de ver una patrulla policial detenerse frente a la casa.
Miedo de quedarme dormido durante la noche.
Miedo de no poder dormir.
Miedo de que el pasado regrese.
Miedo de que el presente tome vuelo.
Miedo del teléfono que suena en el silencio de la noche muerta. ... (ver texto completo)
ROMPECABEZAS

No doy a nadie el derecho.
Adoro un trozo de trapo.
Traslado tumbas de lugar.

Traslado tumbas de lugar.
No doy a nadie el derecho.
Yo soy un tipo ridículo
A los rayos del sol,
Azote de las fuentes de soda
Yo me muero de rabia.

Yo no tengo remedio,
Mis propios pelos me acusan
En un altar de ocasión
Las máquinas no perdonan.

Me río detrás de una silla,
mi cara se llena de moscas.

Yo soy quien se expresa mal
Expresa en vistas de qué.

Yo tartamudeo,
Con el pie toco una especie de feto.

¿Para qué son estos estómagos?
¿Quién hizo esta mescolanza?
Lo mejor es hacer el indio.
Yo digo una cosa por otra. ... (ver texto completo)
SINFONÍA DE CUNA

Una vez andando
Por un parque inglés
Con un angelorum
Sin querer me hallé.

Buenos días, dijo,
Yo le contesté,
-El en castellano, ... (ver texto completo)
Pausa

De vez en cuando hay que hacer
una pausa
contemplarse a sí mismo
sin la fruición cotidiana
examinar el pasado
rubro por rubro
etapa por etapa
baldosa por baldosa
y no llorarse las mentiras
sino cantarse las verdades. ... (ver texto completo)
Antecedentes:

Roma y Grecia:

A la peonza se juega desde hace más de dos mil años y ya Catón, hombre de estado romano, recomendaba este juego a los padres, argumentando que se trataba de un pasatiempo más adecuado para los niños que los dardos. De este modo los Romanos hacían peonzas de madera o de Terracota y jugaban al turbo. Se trazaba un gran círculo en el suelo que se dividía en diez segmentos numerados; se marcaban los puntos correspondientes al segmento en el que se paraba la peonza.