IV
Está la mañana limpia,
azul, transparente, clara,
y el sol de entre nubes rojas
espléndida luz derrama.
Toda es tumulto Sevilla,
músicas, vivas y danzas;
todo movimiento el suelo,
toda murmullos el aura. ... (ver texto completo)
Está la mañana limpia,
azul, transparente, clara,
y el sol de entre nubes rojas
espléndida luz derrama.
Toda es tumulto Sevilla,
músicas, vivas y danzas;
todo movimiento el suelo,
toda murmullos el aura. ... (ver texto completo)
III
Son treinta días después,
y en mismo lugar y hora,
la misma vieja y los chicos
con mesa, mancebo y moza.
Cada cual en su tarea
sigue en paz, aunque se nota
que todos tienen los ojos
del mancebo en la faz torva.
Él, sin embargo, en silencio
prosigue atento su obra,
sin levantar la cabeza,
que sobre el pecho se apoya.
Tan doblada la mantiene,
que apenas la llama roja
que da la luz, alumbrarle
las cejas fruncidas logra;
y alguna vez que el reflejo
las negras pupilas toca,
tan viva luz reverberan,
que chispas parecen brotan.
La verdad es, que una lágrima
que a sus -párpados asoma,
viene anunciando un torrente
en que el corazón se ahoga.
Y el mozo, por no aumentar
de los suyos la congoja,
a duras penas le tiene
dentro el pecho y le sofoca.
Largo rato así estuvieron
en atención afanosa,
todos mirando al mancebo,
y éste mirando a sus hormas;
hasta que al cabo Teresa,
más sentida o más curiosa,
le dijo: - ¿Estás malo, Blas?
Y a su vez limpia y sonora
siguió otro largo intervalo
de larga atención dudosa.
Nada el hermano responde,
mas ella su afán redobla,
que no hay temor que la tenga,
la valla de una vez rota.
- ¿Cómo estás tan cabizbajo?...
Y aquí Blas interrumpióla.
- ¿Y qué tengo que decir
a quien sin padre y sin honra
debe vivir para siempre?
Y aquí la familia toda
rompió en ahogados sollozos
a tan infausta memoria.
Sosegóse, y siguió Blas
en voz lamentable y honda
-Él rico, y nosotros pobres;
débil la justicia, y poca,
y el Rey en caza y en guerra,
¿qué puede alcanzar quien llora?
-Qué, ¿por libre se atrevieron?...
-Poco menos, pues sus doblas
pudieron más con los jueces
que las leyes.
- ¡Las ignoran!
dijo indignada Teresa.
- ¡No, hermana; las acogotan!
contestó Blas, sacudiendo
su mazo con ciega cólera.
Siguió en silencio otro espacio,
y otra vez Teresa torna:
-Mas la sentencia, ¿cuál fue? -
dijo, y calló vergonzosa.
- ¿La sentencia? -gritó Blas
revolviendo por las órbitas
los negros y ardientes ojos-.
¿La sentencia pides?, óyela.
Todos se echaron de golpe
sobre la mesilla coja,
que vaciló al recibirles,
a oír lo que tanto importa.
-Sabéis que el de Colmenares
hoy pingüe prebenda goza
en la iglesia, y que a Dios gracias
y a mi diligencia propia,
se le probó que dio muerte
a padre (que en paz reposa).
Pues bien: no sé por qué diablos
de maldita jerigonza
de conspiración que dicen
que con su muerte malogra,
dieron por bien muerto a padre,
y al clérigo...
- ¿Le perdonan?
-No, ¡vive Dios! le condenan.
¡Mas ved qué dogal le ahoga!
Condénanle a que en un año
no asista a coro, mas cobra
su renta; es decir, le mandan
que no trabaje, y que coma.
Tornó a su silencio Blas,
y a sus sollozos la moza,
ella cosiendo sus cintas,
y él machacando sus hormas. ... (ver texto completo)
Son treinta días después,
y en mismo lugar y hora,
la misma vieja y los chicos
con mesa, mancebo y moza.
Cada cual en su tarea
sigue en paz, aunque se nota
que todos tienen los ojos
del mancebo en la faz torva.
Él, sin embargo, en silencio
prosigue atento su obra,
sin levantar la cabeza,
que sobre el pecho se apoya.
Tan doblada la mantiene,
que apenas la llama roja
que da la luz, alumbrarle
las cejas fruncidas logra;
y alguna vez que el reflejo
las negras pupilas toca,
tan viva luz reverberan,
que chispas parecen brotan.
La verdad es, que una lágrima
que a sus -párpados asoma,
viene anunciando un torrente
en que el corazón se ahoga.
Y el mozo, por no aumentar
de los suyos la congoja,
a duras penas le tiene
dentro el pecho y le sofoca.
Largo rato así estuvieron
en atención afanosa,
todos mirando al mancebo,
y éste mirando a sus hormas;
hasta que al cabo Teresa,
más sentida o más curiosa,
le dijo: - ¿Estás malo, Blas?
Y a su vez limpia y sonora
siguió otro largo intervalo
de larga atención dudosa.
Nada el hermano responde,
mas ella su afán redobla,
que no hay temor que la tenga,
la valla de una vez rota.
- ¿Cómo estás tan cabizbajo?...
Y aquí Blas interrumpióla.
- ¿Y qué tengo que decir
a quien sin padre y sin honra
debe vivir para siempre?
Y aquí la familia toda
rompió en ahogados sollozos
a tan infausta memoria.
Sosegóse, y siguió Blas
en voz lamentable y honda
-Él rico, y nosotros pobres;
débil la justicia, y poca,
y el Rey en caza y en guerra,
¿qué puede alcanzar quien llora?
-Qué, ¿por libre se atrevieron?...
-Poco menos, pues sus doblas
pudieron más con los jueces
que las leyes.
- ¡Las ignoran!
dijo indignada Teresa.
- ¡No, hermana; las acogotan!
contestó Blas, sacudiendo
su mazo con ciega cólera.
Siguió en silencio otro espacio,
y otra vez Teresa torna:
-Mas la sentencia, ¿cuál fue? -
dijo, y calló vergonzosa.
- ¿La sentencia? -gritó Blas
revolviendo por las órbitas
los negros y ardientes ojos-.
¿La sentencia pides?, óyela.
Todos se echaron de golpe
sobre la mesilla coja,
que vaciló al recibirles,
a oír lo que tanto importa.
-Sabéis que el de Colmenares
hoy pingüe prebenda goza
en la iglesia, y que a Dios gracias
y a mi diligencia propia,
se le probó que dio muerte
a padre (que en paz reposa).
Pues bien: no sé por qué diablos
de maldita jerigonza
de conspiración que dicen
que con su muerte malogra,
dieron por bien muerto a padre,
y al clérigo...
- ¿Le perdonan?
-No, ¡vive Dios! le condenan.
¡Mas ved qué dogal le ahoga!
Condénanle a que en un año
no asista a coro, mas cobra
su renta; es decir, le mandan
que no trabaje, y que coma.
Tornó a su silencio Blas,
y a sus sollozos la moza,
ella cosiendo sus cintas,
y él machacando sus hormas. ... (ver texto completo)
II
En un aposento ambiguo,
medio portal, medio tienda,
que hace asimismo las veces
de cocina y de despensa,
pues da su entrada a la calle
y en confuso ajuar ostenta
camas, hormas y un caldero
colgado en. la chimenea, ... (ver texto completo)
En un aposento ambiguo,
medio portal, medio tienda,
que hace asimismo las veces
de cocina y de despensa,
pues da su entrada a la calle
y en confuso ajuar ostenta
camas, hormas y un caldero
colgado en. la chimenea, ... (ver texto completo)
JUSTICIAS DEL REY DON PEDRO
I
Cuando su luz y su sombra
mezclan la noche y la tarde,
y los objetos se sumen
en la sombra impenetrable,
en un postigo excusado,
que a una callejuela sale ... (ver texto completo)
I
Cuando su luz y su sombra
mezclan la noche y la tarde,
y los objetos se sumen
en la sombra impenetrable,
en un postigo excusado,
que a una callejuela sale ... (ver texto completo)
Estos quintos del sesenta y dos ¿que son nacidos en el cuarenta y uno? ¿el de la derecha, mirando la foto es Santi? hermano de Casimiro.
UN ABRAZO PARA TODOS
UN ABRAZO PARA TODOS
OFENDER AL AMOR
Quien dice "hacer el amor"
no sabe que está diciendo
porque el amor no se hace,
se siente dentro, muy dentro.
... (ver texto completo)
Quien dice "hacer el amor"
no sabe que está diciendo
porque el amor no se hace,
se siente dentro, muy dentro.
... (ver texto completo)
Que bonito P. S. y cuán verdád dices en éste escrito, saludos para ti y los tuyos, y si vas a las fiestas de Narros pasarlo bién.
OFENDER AL AMOR
Quien dice "hacer el amor"
no sabe que está diciendo
porque el amor no se hace,
se siente dentro, muy dentro.
Notar en tu pecho amor
esdecir que estás sintiendo
pasión, ternura y entrega
de alma y de sentimiento.
Es algo más el amor
que el roce entre dos cuerpos;
es algo que sobrepasa
nuestro propio entendimiento.
Amor no es sólo placer
que también es sufrimiento,
es sacrificio y deseo,
el sexo es un complemento.
Quien lo hace sin amor
y amor cree estar haciendo
no sabe lo que es amor
y al amor está ofendiendo.
Emilio García del Nido ... (ver texto completo)
Quien dice "hacer el amor"
no sabe que está diciendo
porque el amor no se hace,
se siente dentro, muy dentro.
Notar en tu pecho amor
esdecir que estás sintiendo
pasión, ternura y entrega
de alma y de sentimiento.
Es algo más el amor
que el roce entre dos cuerpos;
es algo que sobrepasa
nuestro propio entendimiento.
Amor no es sólo placer
que también es sufrimiento,
es sacrificio y deseo,
el sexo es un complemento.
Quien lo hace sin amor
y amor cree estar haciendo
no sabe lo que es amor
y al amor está ofendiendo.
Emilio García del Nido ... (ver texto completo)
LO QUE PUDE
Pude haber estudiado Teología,
ó bien estudiar la Medicina
y después de estudiar Tecnología
terminé trabajabdo en la oficina.
Quise ser piloto de alto vuelo,
ó también rediotelegrafista,
pero preferí pisar el duro suelo
y acabé siendo oficinista.
Las vueltas que da la vida,
te hacen estudiar cosas distintas,
no me dejaron hacer mis preferidas
y al final me quedé de "chupatintas",
Emilio García del Nido ... (ver texto completo)
Pude haber estudiado Teología,
ó bien estudiar la Medicina
y después de estudiar Tecnología
terminé trabajabdo en la oficina.
Quise ser piloto de alto vuelo,
ó también rediotelegrafista,
pero preferí pisar el duro suelo
y acabé siendo oficinista.
Las vueltas que da la vida,
te hacen estudiar cosas distintas,
no me dejaron hacer mis preferidas
y al final me quedé de "chupatintas",
Emilio García del Nido ... (ver texto completo)
Charo no me molesta que hayas tomado esos pensamientos al contrario me alegra que te hayan gustado y compartido en tu pueblo. SALUDOS.
Muy agradecida P. S. eres muy amable. Como la gran mayoría de personas que participamos en estas bonitas y enriquecedoras páginas. Un saludo agradecido y de buenas noches.
Dos reclusos
Dos reclusos estaban en un oscuro calabozo al que sólo entraba un poco de luz por un ventanuco en la parte alta. Cierto día, se pusieron de acuerdo para mirar hacia afuera subiéndose cada uno en los hombros del otro.
Subió el primero y de inmediato bajó malhumorado y renegando.
Trepó el segundo y casi que no baja... estaba feliz y entusiasmado.
Le pregunta el segundo al primero: - " ¿Qué viste?". - "Basura, estiércol, un sitio inmundo y repugnante", dijo.
Y añadió: - "Y tú, ... (ver texto completo)
Dos reclusos estaban en un oscuro calabozo al que sólo entraba un poco de luz por un ventanuco en la parte alta. Cierto día, se pusieron de acuerdo para mirar hacia afuera subiéndose cada uno en los hombros del otro.
Subió el primero y de inmediato bajó malhumorado y renegando.
Trepó el segundo y casi que no baja... estaba feliz y entusiasmado.
Le pregunta el segundo al primero: - " ¿Qué viste?". - "Basura, estiércol, un sitio inmundo y repugnante", dijo.
Y añadió: - "Y tú, ... (ver texto completo)
Bellísima foto, y está más que justificada por que con esa "materia prima" hace bien las fotos cualquiera, je, je, je. Un besito a las tres ARTESANAS.
P. S. He tomado para mi, y he puesto en mi pueblo estos bonitos pensamientos, espero que no te moleste. Un agradecido saludo P. S. Y a todos/as, muy especiales a MILAGROS.
P. S. He tomado para mi, y he puesto en mi pueblo estos bonitos pensamientos, espero que no te moleste. Un agradecido saludo P. S. Y a todos/as, muy especiales a MILAGROS.
Charo no me molesta que hayas tomado esos pensamientos al contrario me alegra que te hayan gustado y compartido en tu pueblo. SALUDOS.
Bellísima foto, y está más que justificada por que con esa "materia prima" hace bien las fotos cualquiera, je, je, je. Un besito a las tres ARTESANAS.
P. S. He tomado para mi, y he puesto en mi pueblo estos bonitos pensamientos, espero que no te moleste. Un agradecido saludo P. S. Y a todos/as, muy especiales a MILAGROS.
P. S. He tomado para mi, y he puesto en mi pueblo estos bonitos pensamientos, espero que no te moleste. Un agradecido saludo P. S. Y a todos/as, muy especiales a MILAGROS.
Himno: DIOS DE LA LUZ, PRESENCIA ARDIENTE.
Dios de la luz, presencia ardiente
sin meridiano ni frontera:
vuelves la noche mediodía,
ciegas al sol con tu derecha.
Como columna de la aurora,
iba en la noche tu grandeza;
te vio el desierto, y destellaron ... (ver texto completo)
Dios de la luz, presencia ardiente
sin meridiano ni frontera:
vuelves la noche mediodía,
ciegas al sol con tu derecha.
Como columna de la aurora,
iba en la noche tu grandeza;
te vio el desierto, y destellaron ... (ver texto completo)