Es de justicia manifestar que por fin el Gran Javi el Largo nos invitó a comer donde Chuchi. Se resistió, pero no le quedó más remedio que soltar la mosca, aunque eso sí, no pasó de un menú de los baratitos. Esperemos que se reponga pronto del dispendio, pues no está lejos el bautizo, y no esperará que con cualquier cosita nos va a contentar. De todos modos, según se porte así serán los regalos.