Lo prometido es deuda, marchando:
Un progre estará siempre fascinado por las dictaduras populistas, sobre todo si los dictadores llevan barba, son caribeños y hacen discursos de varias horas.
Un progre gusta de llevar camiseta con el nombre o
fotografía de un revolucionario y a su vez protestar contra
EEUU, a sabiendas que el representado en la camiseta es un asesino y el segundo es el responsable de que perviva la democracia en muchos países.
Un progre gusta de defender a los okupas,
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