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HORCAJUELO: Efectivamente esta era la Casa de Tía Rufina. Además...

Efectivamente esta era la Casa de Tía Rufina. Además de ser “tía” para todos, pues como ya comente en otra ocasión, en Horcajuelo, el trato por excelencia era éste, y los forasteros se pensaban que éramos todos familia. Tía Rufina era mía por consanguinidad, y, además y sobre todo era mi Madrina. Toda ella era bondad. Era pequeñita y su corazón tan grande casi no le cabía. Todos los años el día 6 de Enero por la mañana allí me tenía aquella cajita redonda de anguila de mazapán. ¡Con cuanto cariño y gratitud la recuerdo!. Su casa, ésta que aparece en la foto, debía de ser muy antigua. Era la única del pueblo que yo viera que tenía en el corral horno para cocer pan.

Recuerdos para todos y especialmente para todos los hijos de Tía Rufinilla, que son familiares míos.