Te llegó la luz y la alegría a mis ojos riega
Viendo reconociste en mi el latir de amor
Ese incendio de brasero que me sosiega
Cuando experimento el cariño que da calor
.Dulces murmuran henchidas mis ramas
Con fuerza que arroja gran calentura
Cuando se encienden mis venas en llamas
Al ver a mi niño con tanta hermosura.
Eres bastidor forjado con yunque
Que remata cadenas de puntos muy finos
Y juntas en tu sello todo el apunte
Que habla justo de tu recto
camino.
Los luengos rizos
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