EL RASO: El Raso, a 12 km de Candeleda, es un nucleo urbano...

El Raso, a 12 km de Candeleda, es un nucleo urbano de construccion reciente que no llega a los 70 años, pero eso no quita para que se incluya entre las zonas mas antiguas ya que posee un CASTRO CELTA del S-y lleno de historia y efemerides.

CASTRO CELTA S-y, situado a 2, 5 Km. De EL RASO pueblo anejo a Candeleda, se encuentra situado en una de las zonas mas bellas del Tietar y por ser la encrucijada entre Castilla y León y Extremadura, podemos ver desde El Castro uno de los paisajes mas espléndidos del Tietar y la Vera Extremeña.
EL CASTRO CELTA de eL RASO es uno de los yacimientos arqueológicos mas completos de la PROTOHISTORIA DE LA MESETA DE CASTILLA. Esta compuesto en lo esencial por un poblado amurallado, una necrópolis, y un santuario que en conjunto podemos englobar dentro de la edad de hierro, aunque en detalle cada unidad tiene su propia entidad y cronología, que hacen que podamos conocer con bastante exactitud que fue la vida del pueblo que allí estuvo asentado a lo largo de la mitad del ultimo milenio antes de Cristo. LA SAYUELA ademas de darte alojamiento te proporciona rutas guiadas por expertos para ayudarte a recorrer este maravilloso entorno.
Y aun podemos remontarnos mas pues en su termino se han encontrado restos de materiales pertenecientes a la Edad de Cobre, y pinturas rupestres y armas que pueden fecharse en la edad de Bronce, lo cual nos permite afirmar que el hombre ha estado presente en estas tierras sin interrupción, aunque con distinta intensidad al menos desde el tercer milenio antes de Cristo. Y como también de esta y de los primeros tiempos del cristianismo y del periodo visigodo conocemos elementos, podemos concluir que, con ligeros desplazamientos de la población, la vida ha seguido allí sin interrupción desde aquellos lejanos principios hasta nuestros días.

El Raso a pesar ( o quizas es lo mejor) de ser pequeño posee multiples plazas de alojamientos rurales legalizados; y siempre integrados en el entorno lo hace ver la grandiosidad de la zona a la que se desplazan multiples turistas, pero siempre sin agobios.